martes, 26 de octubre de 2010

#37

Aurora

Si el cuerpo se dispersa como las hormigas caminantes del cielo
Y los brazos se derriten entre dos piernas celestes
Es por que vienen las vibraciones a reclamar nuestras venas.

Cae la risa como un soneto encarcelado
Que engulle los ecos y los funde en los tímpanos
En el alba y el anochecer al mismo tiempo.

Tan dormido tan sereno se derrite como un águila de pecho morado
Que emprende un vuelo sobrehumano
Hasta el amable en sangre de la imaginería fértil.

Se desmembró el primer fragmento de esta alcoba ácida
Que nunca tuvo limoneros menos algún miembro
Nos juzgo el sueño y nos despertó hasta los nervios de la noche.

Vinieron nuestros amigos encapuchados con plumas maniacas
Con días que tienen doce lunas parlantes
Volvieron nuestros amigos encapuchados con plumas parlantes
Con días que esconden doce lunas maniáticas.

Se germino un árbol aurora dentro de los cuerpos
Se ramifico entre los huesos de ceniza
Cada hoja minúscula abraza una fibra
Que no terminan de girar hacia adentro

Alguien trata de secuestrar nuestros cuerpos etéreos
Pero estos se atraviesan y no levantan
Al parecer están enraizados a la sombra contorsionada
Del espino, de la noche día y de la flor aguada.

Cae la risa liberada como un gusano multicolor
Gesta la pálida magia atemporal
Con dedos de luz cae la noche en el alba boreal.