jueves, 28 de mayo de 2009

#12

No conozco lo que se llama su cara
Pero si el sabor de sus labios
Tampoco el cambiante color de su cabello
Eso si su pecho
El calor de su pecho
Y la canción de sus latidos
Que invoca imágenes y dicta ritmos ocultos
A mi cabeza.

Conozco el remedio de tu mirada
Pero no se si tus ojos son calipso o cereza.

También conozco
La ternura con la que atrapan tus brazos
La morfina de tu espacio
La tranquilidad que envidia el monje
La sonrisa que envidia el payaso.

Gracias a Oneiros
Ya no quiero estar despierto
Por que cuando estoy despierto
Solo existes en fragmentos
Eres un sueño fragmentado
Una memoria lejana
Que siempre estuvo.